¿Cómo van sus propósitos que te pusiste este año?

Es muy común que siempre que iniciamos un proyecto nuevo, clases nuevas, hobbies nuevos o incluso queramos cambiar algún aspecto de nuestra vida, iniciemos un nuevo hábito que abandonamos a las semanas o incluso días de haberlo iniciado, pero ¿por qué?

Siempre que nos planteamos un objetivo nuevo, nos imaginamos como vamos a vernos el día que lo alcancemos, fantaseamos con las emociones que vamos a sentir, ese sentimiento de realización, esa felicidad al haberlo logrado, sin embargo, muy pocas veces pensamos en el proceso que debemos atravesar para lograrlo y muy pocas veces lo tomamos en cuenta al momento de plantearnos nuestro objetivo.

Un proceso es una secuencia de acciones que se llevan acabo para lograr un fin determinado. Estas acciones son necesarias y todas tienen una razón de ser, ya que si nos saltamos alguna, es probable que al momento de alcanzar dicho fin, este no sea como lo imaginamos o inclusive sea un fin completamente distinto.

Actualmente vivimos en una sociedad que avanza a una velocidad increíble lo cual nos ha acostumbrado a que todo se haga de forma muy rápida. El problema, es que al momento de emprender o desarrollar proyectos para nuestra vida personal, deben respetarse los procesos, no importa el tiempo que estos duren. El no respetar el tiempo, es la principal razón por la que un emprendimiento o proyecto no se desarrolla. Creamos una idea, trabajamos en ella, la sacamos al aire, pero si no tuvo éxito en los primeros meses, creemos que es un fracaso y la dejamos morir.

Es importante aprender a disfrutar los procesos, de hecho, debemos disfrutar más el proceso de lo que vamos a disfrutar el fin. Es necesario tener una meta clara y estarnos recordando siempre de la misma, pero debemos amar el trabajo que realizamos todos los días y sentirnos llenos con esos pequeños pasos hacia nuestro objetivo. Si al avanzar el camino solo nos enfocamos en cuanto falta para llegar, es probable que nos perdamos todo lo que el camino tenga para ofrecer.

Un ejemplo más fácil para entender la importancia de los procesos es el ciclo de las plantas. Necesitamos sembrar las semillas y regarlas para que estas saquen raíz. Para eso necesitamos regarlas cada cierto tiempo. Que no veamos la raíz crecer, no significa que no haya funcionado y debemos seguir regándola, respetando su proceso de crecimiento, ya que si dejamos de hacerlo por no ver un resultado inmediato, la planta no va crecer y esta morirá.

Ahora, también existe la posibilidad de que la estemos regando mas o menos de lo que la planta necesite y debamos modificar esta acción. Lo mismo ocurre con nuestros emprendimientos o proyectos personales. Es muy probable que llevemos mucho tiempo trabajando y no veamos los resultados que deseamos y es aquí cuando debemos modificar las acciones. Quizá la estrategia de ventas que utilizamos no era la mejor y esto no debemos verlo como un fallo, si no mas bien, debemos aprender de esta experiencia y utilizar ese nuevo conocimiento para plantear un nueva estrategia que se ajuste mejor a nuestro publico y a nuestro negocio.

Esta situación aplica igual para nuestros proyectos personales. Quizás levantarme a las 5am a hacer ejercicio no vaya acorde a mi personalidad, pero eso no quiere decir que falle en mi propósito de este año, simplemente al igual que en nuestro negocio, debemos ajustar el proceso y pasar el ejercicio para las 5pm donde tendremos más disposición y por lo tanto el resultado será mejor.

En resumen, no importa el proyecto personal o profesional que nos planteemos, debemos tener claros desde un inicio que si queremos lograrlo, tendremos que enfrentarnos a un proceso que podrá durar semanas, meses o años. Debemos entender que si fallamos, no es que no podamos lograrlo, sino que solo necesitamos ajustar las acciones para avanzar hacia el objetivo. Y por ultimo debemos tener claro que cualquier meta es alcanzable, solo tenemos que aprender a disfrutar tanto el proceso que el fin llegue y sintamos nostalgia al ver el camino recorrido.